jueves, 25 de junio de 2009

NIÑOS EN EL VRAE





Viva el partido comunista ¡viva la revolución proletaria socialista mundial¡ ¡viva la guerra y el partido socialista¡ Grita a sonora voz Samuel: Tes. oscura, ojos grandes de un profundo color negro, cabellos castaños, muy cortos y marcas de amargura dejadas en la frente, pero él solo tiene diez años.

Samuel vive en la selva peruana con diecisiete niños mas, odian el sistema sin saber porque, no saben que es la revolución o el proletariado, o que es un partido, solo repiten lo que unos desalmados les obligaron a vociferar.

La obediencia es la cárcel de sus sueños, juegan con las armas como si fuesen carritos de batalla, aunque no están lejos de ellos, lejos de la candidez y dulzura provocan un agujero en el corazón y un gran nudo en la Garganta al verlos presos por el rencor de terroristas, que los arrancaron del manto familiar, ellos son niños que juegan a al guerra o derrepente la guerra esta jugando con ellos.

Pero ¿quiénes son los culpables? ¿Quién se atreve a confundir su vida? ¿Quién?
Ellos los de pantalones camuflados, polos ceñidos y gruesas botas que traspasan con sus pisadas la mas delicada sonrisa, los que hoy con tanta rabia y sed de sangre confunden inocentes criaturas para hacerlos vivir el sufrimiento, con poca comida, poca ropa y poca pero muy poca diversión.
Ellos que asesinan sus sueños con la sangre inocente, ellos terroristas, ladrones, ellos que poco saben de sensibilidad,

Los agrupan para enseñarles su política, en ves de contarles cuentos infantiles, no cantan arroz con leche pero si silabas camufladas: “..Empuña tu fusil, que es tu felicidad..” notas impactantes que salen de labios tan pequeños aprenden a usar armas de fuego y no ha jugar a la ronda, ellos también visten camuflados y cierran sus puños a la voz de tres, porque la hora de la guerra empezara en cualquier momento.

Hoy Samuel se debe estar preparando desde muy temprano para alinear a sus compañeros, y gritar sus arengas socialistas, para luego hacer fila y esperar por un plato de comida, y finalmente aprender a disparar con armas AKM que son mas grandes que su cuerpo, mas grande que su libertad.

Lo único que los libera, es hablar un momento del fútbol que a muchos nos decepciona pero que a ello los libera un momento de la frialdad.

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