LO QUE ME HACE FELIZ

Solo hay cinco cosas que me hacen verdaderamente feliz, los dulces, reportear, montar bicicleta, pasear en familia y como no hacer fiestas infantiles, y es precisamente sobre eso que quiero redactar…

Ese es mi lado muy, pero muy infantil, dicen que todos tienen un niño(a) dentro que a veces se escapa y echa a reír, en mi caso sale todos los días y cada fin de semana si Dios me lo permite en alguna fiesta infantil o ensayando en casa; así es, todos saben que aparte de ser periodista tengo un elenco infantil llamado Oki Doki Kids que construí junto a una de mis mejores amigas, este elenco me ha traído muchas alegrías, pero jamás se me hubiera ocurrido formarlo si antes no pasaba por Travesuras Kids elenco de un primo mío que se convierte a la vez en el payasito que más admiro en el país: Juguetín, personaje de 9 años si no me equivoco que encierra esas expresiones de alegría y ternura únicas de un niño que juega a ser grande, equivocándose y aprendiendo con otros de su edad, ese es Juguetín mi payaso favorito, tras él se esconde David Hidalgo el sensible y por qué no también estricto creador de mi pasión por las fiestas infantiles y es que cuando llegué a su elenco no podía soportar a un niño acercarse a mi o llorar por horas, simplemente era angustiante y él lo supo, aún así me permitió ingresar a su coloreado mundo, pase por bailar vestida de noelita a disfrazarme innumerables veces de Barney, Mickey, Power ranger, Doki, Burrito, Efelante, winnie pooh y todo aquel muñeco que volviera locos a los más pequeños de la casa, incluso llegué a actuar frente a un exigente público en la plaza de armas de Magdalena del mar; mi personaje: Grethel (hansel y grethel) también hice muchas veces de la malvada bruja de cenicienta, pero nunca de princesa (hasta ahora espero el momento-sueño frustrado) la pregunta de porque nunca fui princesa creo que se responde cuando hago de bruja y los aplausos llueven (jajaja) si, los personajes antagónicos son mi fuerte, pero ojo también puedo ser dulce, pero ese es otro tema.

Así entre cambios de vestuario, minutos insoportables metida dentro de una esponja y bailoteando lo más exageradamente posible para hacer notar los pasos aprendidos junto a los chicos y chicas del elenco hacían de este un divertido trabajo, que aunque es agotador hace contrapeso con la satisfacción de que ese día un niño fue feliz, y eso lo fui aprendiendo en cada fiesta, creo que los llegue a querer cuando una niña se me acerco y me abrazó con tanto cariño que me sentí tan agradecida de estar ahí, vestida como niña, con colitas, aretes en forma de corazón y una gran sonrisa (para mucho resulta vergonzoso vestir así. Yo ya lo superé)…

Sí, ese fue el momento en que ya todo era natural, y ahora ruego por ir a una de esas fiestas, incluso lo haría gratis por el simple hecho de divertirme con ellos.

Como no recordar la primera vez que animé una fiesta, (David, te apuesto que lo recuerdas, pues yo nunca lo voy a olvidar) fue terrible, me puse muy nerviosa, dije cosas muy tontas y sobre todo la mami casi me mata (estoy exagerando) bueno fue la primera vez y como toda primera vez cometemos errores y David los supo perdonar… lo bueno es que aprendí y sigo aprendiendo; ahora sin asesoramiento y prácticamente sola me defiendo en las artes de la animación, no soy perfecta pero al menos ningún papi se ha quejado, pero porsiacaso están mis chicas que lo hacen muy bien.

El crédito en esto que me hace feliz se lo lleva David o Juguetín, sin ti, sin él, no hubiera aprendido tanto y nunca hubiera existido Oki Doki, él es una pieza clave en esto que espero llegué a ser grande, porque lo que quiero no termina en estar en cuanta fiesta me contraten o me inviten a participar, esta pasión tiene algo más, algo más como enseñar que las cosas más simples y los juegos más tontos tiene un mensaje y sobretodo que cuando hay risas de por medio, todos, absolutamente todos somos iguales y esos abrazos y carcajadas de confunden dejando de lado toda condición social, raza o género y creo que eso es lo que realmente me hace muy feliz.