
A veces necesito un poco de silencio, necesito un poco de comprensión
Que alguien oiga mis gritos desesperados, gritos de mi alma ahogada en llanto
Llanto que en las noches frías me acompañan a la sonata de una canción que atrae los recuerdos, recuerdos que me obligan a sentirme adolorida, dolor que los doctores llaman migraña.
Necesito buscar un momento de paz en esos ratos que tanta rabia y tanta duda acoge
Mi almohada.
Necesito valorar la bella vida que un divino ser me ha brindado, sonreír y pensar
que tengo tanto para dejar de llorar, una abuela casi mamá, un tío que mas parece papá y una casa, una cama y comida.
Soy feliz y dichosa pero a veces no me doy cuenta, como no me doy cuenta cuando camino sin prevenir, cruzo calles sin voltear, camino bosques sin llevar una escopeta o subo cerros sin una soga.
A veces soy una niña, niña distraída y juguetona, pero sobre todo llorona;
A veces soy mujer, mujer seria y concentrada, pero sobre todo controlada.
Controlada, pero no en mis noches frías que mensualmente me acompañan, a mi y a mi almohada que esta mojada.
Necesito alcanzar la gracia que me brinda la vida, que mis manos casi frías dejen atrás mis nervios, que la palabra miedo desaparezca y afronte el dolor que por las noches me carcomen.
Busco dejar de llorar, y lo estoy logrando no escuchando melodías pues mi frágil oído se esta destrozando, y el doctor ya lo advirtió.
Busco sanar mis dolores, concéntrame más,
Más no pienso dejar de ser niña a veces y mujer siempre.
Necesito un abrazo y un te quiero frecuente,
Necesito un beso y una mirada aliciente.
Necesito dejar de llorar y reír más
Necesito caminar.
Que alguien oiga mis gritos desesperados, gritos de mi alma ahogada en llanto
Llanto que en las noches frías me acompañan a la sonata de una canción que atrae los recuerdos, recuerdos que me obligan a sentirme adolorida, dolor que los doctores llaman migraña.
Necesito buscar un momento de paz en esos ratos que tanta rabia y tanta duda acoge
Mi almohada.
Necesito valorar la bella vida que un divino ser me ha brindado, sonreír y pensar
que tengo tanto para dejar de llorar, una abuela casi mamá, un tío que mas parece papá y una casa, una cama y comida.
Soy feliz y dichosa pero a veces no me doy cuenta, como no me doy cuenta cuando camino sin prevenir, cruzo calles sin voltear, camino bosques sin llevar una escopeta o subo cerros sin una soga.
A veces soy una niña, niña distraída y juguetona, pero sobre todo llorona;
A veces soy mujer, mujer seria y concentrada, pero sobre todo controlada.
Controlada, pero no en mis noches frías que mensualmente me acompañan, a mi y a mi almohada que esta mojada.
Necesito alcanzar la gracia que me brinda la vida, que mis manos casi frías dejen atrás mis nervios, que la palabra miedo desaparezca y afronte el dolor que por las noches me carcomen.
Busco dejar de llorar, y lo estoy logrando no escuchando melodías pues mi frágil oído se esta destrozando, y el doctor ya lo advirtió.
Busco sanar mis dolores, concéntrame más,
Más no pienso dejar de ser niña a veces y mujer siempre.
Necesito un abrazo y un te quiero frecuente,
Necesito un beso y una mirada aliciente.
Necesito dejar de llorar y reír más
Necesito caminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario