No sé si solo me pase a mí, pero simplemente no soporto a las viejas que se portan así.
Hoy como cualquier día me dirigí a mi centro de trabajo, un medio de comunicación bastante conocido; como es de costumbre me senté en la computadora de mi jefe a leer los diarios de la web y obviamente abrir todas mi redes sociales, así estuve las primeras horas de la mañana sin mucho que hacer, tranquila e intentando no quedarme dormida con el viejo truco de:
- Voy al baño
con tal de estirar las piernas.
El día transcurría entre risas de los vecinos, noticias y chismes hasta que llegó el jefe y tuve que cambiar de computadora (porque aunque no lo crean no tengo computadora, así que tengo que mendigar por una a diario y aguantar los rostros de incomodidad de las señoras y señoritas que trabajan a mi lado).
En fin conseguí una, abrí mis archivos y me dispuse a editar los videos del día, pero cuando pensé que ya había terminado, el bendito USB se cuelga, para esto la dueña y señora de la compu prestada ya había llegado y con cara de pocos, muy poco amigos me dijo:
- ¿Qué no tienes computadora? - ¿Por qué no usaste otra?
- La próxima ponte ahí que fulanito de tal viene en la noche,
cuando después de tanta pregunta dije:
- Si ¿Cómo esta?, disculpe es que no me han asignado servidor y mi jefe me autorizó utilizar esta, soy nueva y no conozco el horario de los demás.
- En un momento me retiro.
Ya calmada la “SEÑORA” y sentada en otro lugar mientras esperaba que guarde mis archivos, intentaba que el usb funcione pero no.
- ¡Maldición¡ esta tía me va a matar si demoro, dije.
Ni modo llame a sistemas y vinieron a socorrerme pero para mi desgracia demoramos más de lo debido; se hicieron las 6 de la noche y la “SEÑORA” echaba humo.
Cuando por fin logre zafarme del servidor, pedí disculpas como niña educada le sonreí, y ¿ustedes creen que la SEÑORA me respondió?, ni mierda, ni me miro… ¿Acaso lo hice apropósito? Haaaa me reventó.
Salí molesta una vez más de mi trabajo.
Espero no cruzármela de nuevo por que con la cara de m%&$=@ que tiene y su poca paciencia me va a volver vieja a mi también.
Y por último: Jefecito por favor, deme una computadora para ya no molestar a nadie, ni hacer bilis todos los días.
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