La evolución de los medios ha creado personas con derecho a opinar, crear y difundir la información que desean. Un nuevo derecho en la cibersociedad.
Gestión de conocimiento; para Guadalupe Aguado experta en
ciencias de la información, es ese el término con el que se engloba la etapa en
la que estamos viviendo, pues hoy, no solo somos los periodistas quienes
editamos la información y la transmitimos, si no que todos participan de este
proceso.
Hoy en día personas de cualquier profesión son capaces de
informar, seleccionar lo que desean saber, criticar e incluso ser productores; por lo que los medios convencionales de comunicación toman en cuenta las críticas
masivas que reciben desde las redes sociales para elegir sus temas.
La sociedad tiene el poder, y lo vemos cada día en
diferentes casos; por citar un ejemplo está el de Adrianito: El niño mariposa,quién no conoce este caso, y quién no se sintió tocado por el tema y hasta lo
ayudó difundiendo en sus redes sociales la necesidad de ayuda, casi todos.
Luego de unas semanas, estalló la noticia de que sus padres
habían comprado un auto con el dinero recaudado, ¿qué paso luego? Las redes
sociales y medios de comunicación llenaron de críticas a los padres, más de uno
cambio su opinión y a base de post y cuentas en contra del padre se generó la
desconfianza, difícil de recuperar.
El ciudadano de a pie, no necesariamente periodista, se
convirtió en crítico, y generó reacciones en este caso.
Aquí pasamos a hablar de la democratización de la
información en toda su expansión, y por ello muchos países europeos empezaron a
invertir en el conocimiento de las nuevas tecnologías para convertirse en la
sociedad basada en el conocimiento más competitivo del mundo.
En nuestro país, se hace poco, por ello existe una gran
mayoría que no tiene acceso a este conocimiento, quizá no se toman las medidas
por temor a empoderar a los ciudadanos,
o simplemente no existe un presupuesto designado para ello.
Por otro lado Guadalupe Aguado, nos invita a observar lo que
pasa en esta generación de contenidos, y es que al ser tanta la información se
pierde la credibilidad pues no existe alguien que filtre lo que se dice. Es ahí
que los periodistas debemos recuperar nuestro poder e inmiscuirnos y
potenciarnos de nuevos conocimientos para hacer la diferencia y entender que
estamos a merced del público que ya no se sienta solo a escucharnos, ahora nos
critica y evalúa.
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